La nueva Fórmula 1 ha llegado y lo ha hecho con una gran incertidumbre. No se sabía qué pilotos iban a acabar, si los motores iban a estallar o si algunos pilotos iban a poder completar diez vueltas. En todo este caos se han cumplido los pronósticos y ha ganado un Mercedes, el de Nico Rosberg. Pero las dos caras de la moneda las han mostrado Ricciardo y Magnusen (consiguiendo sus primeros podios) y Hamilton y Vettel (abandonando durante las primeras vueltas), en un día en el que Daniil Kvyat ha batido el récord de precocidad en puntuar en el 'Gran Circo'.
Seguían circulando los monoplazas por el trazado semi-urbano de Albert Park y Fernando Alonso, que salía quinto, se limitó a completar las vueltas que restaban hasta la conclusión de la carrera, en un prueba más de supervivencia que de astucia de los pilotos. Ni siquiera un 'Safety Car' provocado por Valtteri Bottas cuando se le salió la goma de la llanta trasera derecha le dio emoción al Gran Premio. Y así seguía discurriendo una carrera, sin pena ni gloria, más pendientes de a ver a quién le iba a fallar el coche en la próxima vuelta que por saber quién iba a ganar la carrera o quiénes iban a completar el podio, esto ya estaba decidido desde los primeros giros.
Más tarde, durante la noche australiana, la FIA investigó a Daniel Ricciardo por haber superado el flujo de combustible máximo permitido de 100 kg/h y finalmente fue descalificado, por lo que todos los que habían quedado tras él en el Gran Premio avanzaron un puesto.
Más tarde, durante la noche australiana, la FIA investigó a Daniel Ricciardo por haber superado el flujo de combustible máximo permitido de 100 kg/h y finalmente fue descalificado, por lo que todos los que habían quedado tras él en el Gran Premio avanzaron un puesto.
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