18 de junio de 2015

¿PARA QUÉ SAM BOWIE?

Las últimas finales de la NBA han sido la clara muestra de que el baloncesto no es solo para gente alta. Golden State Warriors se ha hecho con el anillo de campeón prescindiendo de su referencia interior, Andrew Bogut, durante los cuatro últimos partidos de la serie (de los cuales ganó tres). Como ya ocurrió el año pasado, el small-ball ha sido la clave para que LeBron James aún no haya conseguido su tercer anillo. 

Foto: NBA.com
En ambas finales, el punto de inflexión fue el tercer partido de la serie, en los que Tiago Splitter y el anteriormente mencionado Andrew Bogut fueron sacrificados por el bien del equipo. Y no pudo tener mejores resultados. Tanto Boris Diaw, como Andre Iguodala han sido el factor determinante para que sus equipos se proclamaran campeones, siendo el segundo nombrado MVP de las Finales. 

Sin embargo, el small-ball no ha sido un invento de Steve Kerr o Greg Popovich, ni es la primera vez que los Warriors lo han utilizado. Desde que empezó el nuevo siglo, el baloncesto se ha convertido en un deporte en el que el físico y la velocidad cada vez prima más. Eso ha hecho que haya habido equipos que hayan prescindido del center lento y tosco para buscar un ritmo de juego más alto.  Los Phoenix Suns del run&gun han sido el máximo exponente de esta forma de jugar, aunque nunca llegaron a conseguir ningún anillo. 

Foto: Dailyhoops.nl
Golden State comparte con esos Suns que su jugador franquicia es un base nombrado mejor jugador de la Liga, sobre el que se sustenta el juego del equipo. Tener un buen point-guard ha sido algo que se ha repetido siempre que un small-ball ha tenido éxito: Steve Nash en Phoenix, Baron Davis en los primeros Warriors que lo pusieron en marcha, Tony Parker en los Spurs y Stephen Curry en los vigentes campeones. 

Durante años, en los draft de la NBA se han buscado más los centímetros que la calidad, e incluso Sam Bowie fue elegido por Portland Trailblazers en 1984 por delante de un tal Michael Jordan. No obstante, esta situación no es algo lejano. En los últimos años hemos visto como Greg Oden era elegido, también por los Blazers, por delante de Durant, Darko Milicic en vez de Carmelo Anthony, Kwame Brown antes que Tony Parker, el damnificado Bogut por delante de Chris Paul o Bargiani antes de Rajon Rondo. Sin embargo, en vista de cómo está funcionando jugar sin una referencia interior fija ¿será el fin de los equipos forjados en torno a un pívot dominante?


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