El actual campeón de Europa se presenta en la Copa del Mundo de este año con un plantel que, a priori, se muestra inferior al que un año atrás se hiciera con el oro del Eurobasket. La principal diferencia se encuentra en la dirección de juego, ya que Tony Parker, el mejor jugador francés de largo, decidió no asistir a la cita mundialista y su sustituto más lógico, Nando De Colo, se lesionó su mano derecha en uno de los partidos de preparación para el campeonato. Además, Joakim Noah, que podría haber tomado el relevo de Parker como líder de les bleus, volvió a borrarse de jugar con su selección, al igual que lleva haciendo desde 2011.
Ante esta situación, tendrá que ser el irregular Nico Batum el que de un paso al frente y consiga llevar a Francia lo más lejos en el campeonato. Pero el potencial de la selección gala no se queda corta, ya que el alero de los Blazers estará respaldado por cuatro jugadores más que militan en la NBA: Boris Diaw, que fue clave en las finales de la NBA para la victoria de los Spurs, Evan Fournier, Rudy Gobert e Ian Mahinmi. Además, la clave del juego de Francia volverá a encontrarse en su fuerte potencial físico, lo que les ayudará para hacer un baloncesto basado en los puntos en segundas oportunidades y los contraataques.
Por otra parte, les bleus no gozan de un tiro exterior fiable, ni de un juego interior demasiado variado, ya que quitando a Diaw, el resto de pívots franceses son de un corte bastante similar. Además, la zona de Francia es lo que más se ha castigado por las bajas, ya que a la del mencionado Noah, hay que sumar también las de otros tres jugadores de la NBA: Kevin Seraphin, Alexis Ajinça y Ronney Turiaf.
Un resultado posible para esta selección sería alcanzar los cuartos de final, ya que debido a las numerosas bajas que tiene, se antoja difícil que se haga con una medalla en la Copa del Mundo de este año.
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| Foto: europeodebasket.com |
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