PAPÁ, ¿POR QUÉ NO ÍBAMOS A SER DEL ATLETI?

    Han pasado casi 13 años desde que apareciera en todas las televisiones españolas un spot, por lo menos llamativo, sobre todo tratándose de una campaña de captación de abonados: Un joven infante le hacía una pregunta a la que todo padre atlético de hijo atlético se ha tenido que enfrentar por lo menos una vez: "Papá, ¿por qué somos del Atleti?"

    Y es que, éramos una generación entera de 'colchoneros' que no sabíamos lo que era levantar un título, que nuestros primeros recuerdos del que nuestro padre nos decía que era un gran club eran en segunda división, y que a medida que pasaba el tiempo, se asentaba en la media tabla de Primera. Además, éramos blanco de burlas de nuestros amigos 'blancos' a los que nos resultaba imposible ganar y también nos hacían la pregunta que nuestros progenitores no nos sabían responder con claridad.

    La verdad es que, como versa nuestro himno del centenario, "aquí me pongo a contar motivos de un sentimiento que no se puede explicar". Y es que no se puede explicar que, después de un descenso y de perder una final de Copa como se perdió, el número de abonados al Calderón en Segunda fuera de 45 000, no se puede explicar que por toda España siguieran surgiendo jóvenes atléticos de un equipo del montón por aquella época, aunque a medida que pasaba el tiempo llegara a alcanzar la Champions. Por suerte, todo cambió un 12 de mayo de 2010 en Hamburgo. Diego Forlán marcaba un gol en el minuto 116 de la final de la Europa League y llevaba un título a las vitrinas rojiblancas 14 años después. A ese trofeo le iba a ir a hacer compañía meses después la Supercopa de Europa, completando un doblete europeo histórico. 

    Y es que el Atleti ha vuelto a ser el que fue, el de nuestros padres. Un 'Cholo', un 'Mono' y un 'Profe' le volvieron a dar una vuelta de tuerca a lo logrado por Quique Sánchez Flores para conseguir un equipo sin grandes figuras, pero sin grandes fisuras, un equipo que presiona y no se cansa, un equipo unido persiguiendo un mismo objetivo, en definitiva, un equipo. Fruto de ello es que el Atleti ha vuelto a ser líder en solitario de la competición doméstica tras 18 años (última jornada del doblete), le ha ganado una Copa al Madrid en su campo, ha acabado con 13 años y 333 días de sequía en los derbis, se ha clasificado a los cuartos de final de la Champions 17 años después endosándole un 5-1 al segundo club más laureado de la competición. 

    Un buen amigo, a los pocos días de conocerme, me habló del 'gen atlético', ese gen que se transmite mediante generaciones y hace que no puedas dejar de amar las rayas rojas y blancas de la elástica colchonera. Pero el hecho de que se haya convertido en una especie de 'representante del pueblo' entre Madrid y Barça (un punto por delante de los catalanes y a tres -con el golaverage ganado- de los merengues) ha producido que ese gen se contagie. Ahora ya no hay solo gente del Atleti que ha nacido siendo del Atleti, ahora vuelve a haber gente del Atleti que se ha hecho del Atleti por ser un grande del fútbol español. Y es que papá, ¿por qué no íbamos a ser del Atleti?