16 de marzo de 2014

MERCEDES MUESTRA SU DOMINIO (A MEDIAS)

    La nueva Fórmula 1 ha llegado y lo ha hecho con una gran incertidumbre. No se sabía qué pilotos iban a acabar, si los motores iban a estallar o si algunos pilotos iban a poder completar diez vueltas. En todo este caos se han cumplido los pronósticos y ha ganado un Mercedes, el de Nico Rosberg. Pero las dos caras de la moneda las han mostrado Ricciardo y Magnusen (consiguiendo sus primeros podios) y Hamilton y Vettel (abandonando durante las primeras vueltas), en un día en el que Daniil Kvyat ha batido el récord de precocidad en puntuar en el 'Gran Circo'.

Ricciardo y Magnussen mantuvieron un bonito duelo y tuvieron el premio del podio.    La carrera ya empezó dando muestras de que la fiabilidad, por lo menos en las primeras carreras, iba a brillar por su ausencia. Varios coches no conseguían arrancar, lo que hizo que se tuviera que abortar la primera salida y reducir una vuelta al total del Gran Pemio. Finalmente la carrera comenzó y Rosberg se colocó en la primera plaza desde el inicio, ante un Hamilton que cedía posiciones a medida que pasaban los giros. Lamentablemente su motor tenía problemas y se vio obligado a retirarse. También siguió el mismo camino Sebastian Vettel, que culminaba de esta manera un fin de semana aciago para el actual campeón del mundo.


    Seguían circulando los monoplazas por el trazado semi-urbano de Albert Park y Fernando Alonso, que salía quinto, se limitó a completar las vueltas que restaban hasta la conclusión de la carrera, en un prueba más de supervivencia que de astucia de los pilotos. Ni siquiera un 'Safety Car' provocado por Valtteri Bottas cuando se le salió la goma de la llanta trasera derecha le dio emoción al Gran Premio. Y así seguía discurriendo una carrera, sin pena ni gloria, más pendientes de a ver a quién le iba a fallar el coche en la próxima vuelta que por saber quién iba a ganar la carrera o quiénes iban a completar el podio, esto ya estaba decidido desde los primeros giros.

    Más tarde, durante la noche australiana, la FIA investigó a Daniel Ricciardo por haber superado el flujo de combustible máximo permitido de 100 kg/h y finalmente fue descalificado, por lo que todos los que habían quedado tras él en el Gran Premio avanzaron un puesto.



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